Puente
“Un globo le dice a otro…cuidado con el cactus…. Qué castussssssssssssssssssssssss”
Pocas cosas, creo, generan más rapport (sintonía) que reírse con otros. Y claro, al menos los sistemas visuales, auditivos y kinestésicos están en sintonía: el sonido de la risa, ver a los demás riendo y tener los mismos músculos en acción, un espejeo poderoso.
En términos del lenguaje, el entender una situación como digna de risa, ecualiza los tipos de pensamientos, metaprogramas, patrones de metamodelo y nos sitúa dentro de un mismo mapa común, o sea, más rapport.
Según Weiss, H. (1984) un terapeuta que emplea humor es creativo e imaginativo, el humor genera intimidad, refleja humanidad e interés por parte del mismo.
Uno de los usos que más me apasionan y seducen de la exploración del uso del humor en los procesos de formación o sanación, es el de la siembra de creencias o posibilidades.
Milton Erickson, maestro de maestro en la siembra mediante historias, cuentos y chistes… El sostenía que las personas con dificultades en su vida muchas veces piensan con pautas rígidas. Una de sus metas terapéuticas consistía en sembrar nuevas pautas de pensamiento en el terreno de dichas creencias creando confusión.
Frases sueltas al pasar, un chiste rápido o relevar una conducta esperada con una broma son formar de ir sembrando en el contexto de una conversación o clase. “sé feliz, que pa’ eso te hicieron” es una de mis favoritas al despedirme de un paciente. Las semillas en esa frase son: que es posible ser feliz, eres hijo o hija, fuiste creado con un propósito de gozo, lo que sólo puede hacerlo quien te ama y te ve desde siempre, Dios.
“Errar es humano…dijo el caballo saliendo del establo. Si, cualquiera puede equivocarse, le respondió el puerco espín bajando de una escobilla…”
(...continuará)
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